LA GRIPE ESPAÑOLA
Mientras seguimos sufriendo la epidemia del Covid-19, es lógico buscar algún equivalente histórico, siendo la más grave la conocida como gripe española o gripe de 1918. Dicha gripe no comenzó técnicamente en España, pero sí fue uno de los países más afectados.
La gripe española no fue la primera pandemia de este tipo de la que se tiene información. En los 1889 y 1890 se originó en Asia una pandemia gripal que saltó Rusia y a Europa, es por ello que desde finales del siglo XIX se le conoce como la gripe rusa, aunque tampoco comenzó allí, sino en Asia Central.
En 1918 llegó la gripe española, que fue muy virulenta.
Entre 1933 y 1935 hubo otra pandemia, en 1946 y 1947 llegó la gripe italiana, en los años 1957 y 1958 apareció la gripe asiática y entre 1969 y 1970 la gripe de Hong Kong.
Pero ninguna de ellas llegó al nivel de la gripe española de 1918.
Cabe recordar que la Primera Guerra Mundial terminó justamente en 1918 causando unos 10 millones de muertos, mientras que la gripe española provocó aproximadamente entre 40 y 50 millones de muertos.
La guerra acabó el 11 de noviembre de 1918, a las 11:11 de la mañana, pero los primeros casos de gripe española aparecieron en el mes de marzo. Incluso antes, durante 1916, 1917 y las primeras semanas de 1918, hubo casos generalizados de infecciones respiratorias en distintos lugares, de Francia a Indochina o Nueva York.
Se suele determinar Kansas, en Estados Unidos, como el primer lugar en que apreció la gripe española, con el "enfermo cero" al cocinero Gilbert Michell de Fort Riley en Kansas ingresado el 4 de marzo de 1918. Horas después ya se contabilizaban decenas de casos, hasta el punto de tener que habilitar un hangar para los enfermos, pues el hospital no tenía capacidad suficiente.
Sin embargo otros investigadores ubicaron brotes virulentos meses antes en casi todos los campamentos de militares estadounidenses que estaban habilitados para ir a la guerra a Europa.
También en Francia hubo enfermos, pero como la guerra estaba aún en marcha, ningún país hizo público el problema, ya que podría suponer alguna ventaja para el enemigo. No obstante, aquel brote, especialmente en Francia, aunque afectaba a otros lugares, no era severo, y eran pocos los fallecidos. Las abarrotadas trincheras y campamentos de la primera guerra mundial se convirtieron en el hábitat ideal para la epidemia. La infección iba desplazándose con los soldados. La oleada de primavera remitió al cabo de unas semanas, pero tras el verano de 1918, la epidemia ya estaba lista para pasar a su fase más mortífera. Las trece semanas que van de septiembre a diciembre de 1918 constituyen el período más intenso, con el mayor número de víctimas mortales.
¿POR QUÉ EL NOBRE "GRIPE ESPAÑOLA"? La explicación es que los periódicos españoles publicaron sobre el tema, mientras que los otros países que estaban en guerra, no informaron del tema.
Como España no participó directamente en la Primera Guerra Mundial, cuando arrancó en mayo la epidemia en Madrid, el hecho comenzó a ser publicado y la cantidad de muertos por la enfermedad llegaron a las portadas a las pocas semanas. El peor día fue el 31 de mayo de 1918, cuando fallecieron 114 personas en la capital española.
La noticia pasó las fronteras gracias a los corresponsales de diarios internacionales que trabajaban en España y en periódicos como The Times se comenzó a hablar de "la gripe española". Lo mismo ocurrió en la prensa francesa y en el resto de países.
Por lo tanto, la gripe española no comenzó técnicamente en España, pero sí fue uno de los lugares donde en la primavera de 1918 se disparó el brote más dañino, que convirtió aquella gripe que no era del todo letal, en una pandemia terrible, pero que por miedo a los resultados de la guerra, no se informó desde los países beligerantes.
LA ENFERMEDAD: La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus. Ahora se sabe que fue causado por un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1. A diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años.
Producía fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales eran los síntomas propios de esta enfermedad. La mayoría de las personas fallecieron por una neumonía bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles.
Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los primeros síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco días.
En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus.
Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles.
La enfermedad también fue implacable con los países más pobres. Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado este año, estima que cerca del 0,5% de la población de EE.UU. de aquel entonces murió debido a la epidemia (cerca de 600.000 personas). En cambio, India vio fallecer a 17 millones de personas en el país y la apartada isla de Samoa, en el Pacífico sur, perdió el 23,6 por ciento de su población.
En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como había llegado.
La crisis también está ausente en gran medida de los libros de historia y la cultura popular, incluso al cumplirse los cien años de la pandemia (2018), tampoco hay monumentos conmemorativos de la gripe española y pocos cementerios que destaquen el sacrificio de médicos y enfermeras, tal como investigó y escribió el historiador médico Mark Honigsbaum.Honigsbaum también observó que la edición de 1924 de la Enciclopedia Británica ni siquiera mencionaba la pandemia en su revisión de los "años más agitados" del siglo XX y los primeros libros de historia en referenciar la epidemia fueron publicados alrededor de 1968.
"Tampoco encontrarás muchas novelas, canciones u obras de arte del período que se refieran a la pandemia de 1918".
Una de las pocas excepciones es el "Autorretrato con gripe española", de Edward Munch, que el artista noruego pintó mientras padecía la enfermedad.
Una de las pocas excepciones es el "Autorretrato con gripe española", de Edward Munch, que el artista noruego pintó mientras padecía la enfermedad.
Nuestra realidad con el Covid-19 inevitablemente trajo aquella pandemia de regreso a la memoria mundial.
Fuentes:
https://www.curistoria.com/2020/03/por-que-se-llama-gripe-espanola.html
https://gacetamedica.com/investigacion/la-gripe-espanola-la-pandemia-de-1918-que-no-comenzo-en-espana-fy1357456/
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_gripe_de_1918#:~:text=Recibi%C3%B3%20el%20apelativo%20de%20gripe,la%20informaci%C3%B3n%20sobre%20la%20enfermedad.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52473180
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