TRINCHERAS EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La
Primera Guerra Mundial, o la conocida en su tiempo como la Gran Guerra, fue el conflicto más grave que alguna vez había visto la Humanidad. Desde 1914 a 1918, el mundo cambió para siempre.
Los alemanes iniciaron su plan de guerra conocido como "Guerra Relámpago" o "guerra de movimiento", invadiendo rápidamente a países europeos neutrales, hasta llegar a las puertas de París, siendo Francia el primer gran enemigo a derrotar.
Pero la guerra se estanca en el frente occidental tras la batalla de Marne y comienza la "guerra de trincheras" (o guerra de posiciones) desde fines de 1914 hasta la primavera europea de 1918.
Las trincheras eran excavaciones en la tierra, casi nunca rectas, que se utilizaban para defender un territorio y no perderlo. Los soldados tenían la misión de aguantar y defender su posición para evitar que el enemigo pudiera conquistarlo.
Los alemanes fueron los primeros en crear las trincheras para defenderse de franceses y británicos, luego los Aliados siguieron el ejemplo de sus enemigos y cavaron agujeros profundos para establecer posiciones permanentes, pero partían en desventaja, ya que los alemanes al haber sido los primeros en construir las trincheras, ocuparon las zonas más altas y con mejor visibilidad.
Empieza así una guerra de desgaste. Francia y Gran Bretaña colocaron su ejército a lo largo de más de 700 kilómetros de trincheras, desde el Mar del Norte hasta la frontera de Suiza.
ESTRUCTURA DE UNA TRINCHERA
Las excavaciones, casi nunca eran rectas, medían entre 100 y 250 metros aproximadamente.
El proceso de construcción era progresivo y estaban formadas por diferentes departamentos que ayudaban a mejorar la vida y supervivencia de los soldados.
-Estaciones de ayuda médica: Proporcionaban tratamiento médico inmediato a los soldados seriamente dañados en el frente que se trasladaban a esta posición trasera de la trinchera. En el frente Occidental, más del 92% de heridos que se trasladaron a los puestos médicos sobrevivieron.
-Cobertizos: Centenares de refugios subterráneos se construyeron en las paredes de las trincheras para proporcionar protección a los soldados en caso de mal tiempo o ataques y bombardeos enemigos.
-Trinchera de disparo: Esta trinchera de aproximadamente 2 metros de profundidad, se situaba en el frente del sistema y proporcionaba cobertura a las tropas más expuestas en la línea de fuego. Se excavaban en forma de zigzag para minimizar el daño, de manera que solamente una pequeña área fuera afectada en caso de que un proyectil impactara sobre la trinchera.
-Trinchera de apoyo: Situada a una distancia de entre 200 y 400 metros detrás de la trinchera de disparo, era la segunda línea de defensa.
-Trinchera de reserva: Mucho más atrás, cientos de metros detrás de la trinchera de apoyo se situaba la trinchera de reserva donde se almacenaban los suministros y comida, y permitía a las tropas disfrutar de una zona de confort cerca del frente.
-Trincheras de Comunicación: Conectaban la red de trincheras completamente, la red de comunicaciones permitía a los soldados viajar rápidamente de un lugar a otro, mantener el ejército, los suministros y los refuerzos relacionados y controlados.
Los soldados encargados de defender la línea de fuego, estaban en la trinchera de disparo aproximadamente el 50% del tiempo, mientras que el 50% restante descansaban en las trincheras de apoyo o de reserva.
En la guerra de trincheras, los soldados pasaban la mayor parte del tiempo escondiéndose del enemigo. El combate cuerpo a cuerpo era poco habitual y los ejércitos utilizaban sobre todo la artillería (ametralladoras, cañones, armas de largo alcance).
LA VIDA EN LA TRINCHERA
Poco antes del amanecer los soldados recogían sus armas y se situaban en el puesto de disparo, al salir el sol se abría fuego sobre las líneas enemigas, ritual conocido como “Odio de la Mañana”. Tras el desayuno, los soldados trabajaban en grupos encargados del mantenimiento de la trinchera y la vigilancia, y en el tiempo libre se dedicaban a dormir o escribir cartas.
El mismo procedimiento se hacía al caer la noche, justo antes de que algunos grupos se adentraran en tierra de nadie, el territorio situado entre las trincheras de ambos bandos. Otros repartían las raciones, se encargaban de hacer guardia o dejaban la línea de fuego para descansar.
La mayoría de los batallones de los ejércitos no pasaban más de 5 días al mes en la línea de fuego. Para mantener la paz y la moral de los soldados de las trincheras, los ejércitos rotaban a lo largo de las diferentes líneas de trinchera para evitar que los mismos batallones estuvieran siempre en la línea de fuego. Los soldados situados en el frente de batalla no eran más del 10%, el resto se encontraban divididos entre los distintos puestos de trincheras realizando tareas especializadas y protegidos por el sistema de trincheras.
El mayor problema en las trincheras era la higiene. El acceso al agua potable era muy limitado, se aprovechaba más en la tercera línea y casi se ignoraba en la primera, donde uno apenas podía asearse. Los retretes eran grandes agujeros en el suelo y en caso de tener una emergencia en primera línea iban al lugar apartado más cercano que pudieran.
El clima no ayudaba, las lluvias inundaban las trincheras y los días de humedad dejaban el suelo lleno de lodo, que se mezclaba con los excrementos y los cuerpos en descomposición, ya que no siempre había tiempo para enterrar compañeros o enemigos. Muchos murieron de frío.
Estaba lleno de ratas, piojos y pulgas agravando la situación, que se presentaba llena de enfermedades como disentería, tifus, cólera, entre otras.
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