LUCY
Lucy, la representante más famosa de la especie Australopithecus afarensis, de unos 3, 2 millones de años, ya caminaba erguida, elevaba la mirada para observar la sabana que empezaba a ganar terreno. En lo que hoy es la región de Afar, en Etiopía, los cambios medioambientales habían hecho retroceder los bosques tropicales en los que habían habitado sus ancestros y las necesidades de supervivencia estaban cambiando. La nueva forma de locomoción de aquel homínido, de algo más de un metro de alto y con un cerebro poco mayor que el de un chimpancé, dejó libres sus manos que, probablemente, ya utilizaba para agarrar herramientas.
Se la conoce como Lucy, porque los científicos que la encontraron, escuchaban la canción de los Beatles, "Lucy and the sky with diamonds".
El equipo de científicos, encontró un 40% del esqueleto (restos del cráneo, mandíbula inferior, fémur, pelvis, costillas) hasta 76 huesos fosilizados, el día 24 de noviembre de 1974, bajo la dirección del paleontólogo norteamericano Donald Johanson, gracias a la subvención del Museo de Historia Natural de Cleveland.
-Lucy era una hembra, por la anchura de la pelvis.
-Tenía unos 20 años.
-Tenía unos 20 años.
-Medía, a la hora de su muerte, 1.1 m, y pesaba 29 kilos.
-Tenía una cabeza, y una cavidad craneana, similar a la de un chimpancé, entre 350 y 500 cm cúbicos, la tercera parte de la de un humano moderno.
-Era predominantemente vegetariana, según indican sus dientes y la cavidad toráxica. Como en los gorilas y los chimpancés, Lucy poseía amplio espacio para un sistema digestivo voluminoso, capaz de digerir la materia vegetal.
-La disposición de la rótula y la curva lumbar de Lucy indicaron que había sido un ser bípedo.
-Lucy fue bautizada oficialmente como Australopithecus afarensis, “Simio Sureño de Afar”.
ESTUDIOS RECIENTES
De acuerdo a los publicado en la revista Nature, el equipo de científicos, liderado por el paleoantropólogo de la Universidad de Texas en Austin (EE. UU.) John Kappelman, tuvo 10 días para poder escanear el 40% del esqueleto de Lucy obteniendo imágenes de tomografía computarizada, una técnica no destructiva con mayor resolución que la tomografía médica y que permite escanear a través de materiales sólidos, como las rocas
Según los resultados obtenidos, se estima que Lucy cayó de pie e incluso se podría afirmar que estiró los brazos en un intento por frenar su caída. Stephen Pearce, un cirujano ortopédico de la Clínica Austin de Huesos y Articulaciones, confirmó que la fractura del húmero de Lucy era consistente con las que se observan en caídas similares en las que las víctimas aún conscientes tratan de frenar el impacto.
El artículo también aporta información sobre el modo de vida de los australopitecos. Los restos fósiles de estos ancestros humanos muestran que ya caminaban erguidos, pero se sigue discutiendo si continuaban pasando parte de su vida en los árboles. El análisis de Kappelman y sus colegas calcula que cuando se estrelló contra el suelo, Lucy viajaba a unos 60 kilómetros por hora. Para alcanzar esa velocidad debió de caer desde una altura de más de diez metros, algo que lleva a los científicos a especular con la probabilidad de que subiese a los árboles en busca de comida o para refugiarse durante la noche. Este tipo de uso de los árboles sería parecido al de los chimpancés, que se duermen a alturas de entre 7 y 23 metros, fuera del alcance de sus depredadores.
Esta vida híbrida entre las ramas y el suelo es en el fondo la historia de todos los seres vivos, que heredaron un cuerpo moldeado por las necesidades de un entorno y ya están recibiendo nuevas presiones para adaptarse a nuevos cambios. El descenso de los árboles, que permitió a los humanos conquistar el planeta cientos de miles de años más tarde, ofreció ventajas a Lucy en el nuevo mundo que estaba creando el cambio climático. Es probable que aquellos homínidos perdiesen habilidad para trepar y comenzasen a sufrir caídas con mayor frecuencia. Uno de esos fallos acabó con la vida de Lucy por los suelos y creó como beneficio colateral uno de los mejores libros en los que leer cómo empezamos a ser humanos.
LA IMPORTANCIA DE LUCY
Lucy logró cambiar varias teorías sobre los Homínidos. El hecho de que fuera bípeda, pero a la vez tuviese una cabeza del tamaño de la de un chimpancé, rechazaba la idea de que el cráneo de los homínidos se había desarrollado antes de adquirir la capacidad de andar erguidos. Reconstrucción de una probable Lucy probó que el proceso había sido inverso, al menos en su especie. Hallazgos posteriores han confirmado que lo mismo ocurrió con otros grupos de homínidos.
Otro punto importante es que la proporción de la longitud de los brazos de Lucy, con la de sus piernas, se encuentra en un punto intermedio entre la proporción de los simios y la de los humanos. Este hecho puede indicar que los Australopithecus afarensis es una especie entre ambos grupos, una especie de “eslabón” entre ellos.
Lucy también logró haber despertado el interés por la paleontología y la antropología, y el público se volcó a los museos, y las matriculaciones en ciencias relacionadas se dispararon.
Fuentes: https://elpais.com/elpais/2016/08/29/ciencia/1472480909_382779.html
AA.VV
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