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El gran incendio de Londres

 EL GRAN INCENDIO DE LONDRES
"El Gran Incendio de Londres", pintor desconocido  (1675)Museo de Londres

En la noche del 2 hasta el 5 de setiembre de 1666, un devastador incendio arrasó la ciudad de Londres. El  85% de la capital quedó destruida, entre ellas 13.200 casas, 87 iglesias parroquiales, la catedral de San Pablo, el Ayuntamiento, el castillo de Baynard y los principales centros financieros como el Royal Exchante y el Guildhall, en total, un área de más de 2 kilómetros a lo largo del río Tamesis.  Se estima que unas 100 000 personas se quedaron sin hogar y el número de muertos no se pudo determinar por falta de un censo objetivo de la población, pero Porter dio la cifra de ocho,​ aunque más allá de las muertes directas por el incendio, otras pudieron ser por inhalación de humo y los refugiados que murieron en los campamentos improvisados.
Ilustración de Rocío Espín Piñar (https://academiaplay.es/gran-incendio-londres/ )

LONDRES: En la década de 1660, Londres era la ciudad más grande de Gran Bretaña, en torno al medio millón de habitantes, aunque la peste bubónica había matado a una quinta parte de la población. Incluso el rey Carlos II y las máximas autoridades habían abandonado Londres huyendo de la epidemia. Los últimos casos de peste coincidieron con el incendio, probablemente debido a que la población más pobre, y por tanto más vulnerable, o bien murió o bien tuvo que abandonar los suburbios en los que vivían en condiciones insalubres. La inesperada solución fue tan terrible como la propia peste.
El año 1665 fue de una sequía sin igual, y el siguiente verano seco dejó el terreno pronto para un gran  incendio, ayudado por las casas que además de estar muy juntas, la mayoría estaban construidas con madera y paja. Estas cosos provocaban incendios seguidos, pero nunca pensaron este desastre. 

EL COMIENZO: La hipótesis más aceptada de su origen sitúa el inicio del fuego en la calle Pudding Lane, en casa de Thomas Farynor (o Farriner), un reputado panadero que sirvió durante cinco años al rey Carlos II de Inglaterra. Ese día, tras su jornada de trabajo, no se dio cuenta de que aún ardían llamas en el horno que estaba en el sótano de su hogar. Mientras dormía y ya de madrugada, el fuego prendió el heno que allí se acumulaba. Cuando el fuego se extendió por todo el local, su familia se salvó saltando a una de las casas de al lado, aunque la criada no pudo y se convirtió en la primera víctima.
El fuego avanzó hasta la zona del río Támesis, donde alcanzó unos almacenes de materiales altamente inflamables que saltaron por los aires. En aquellos tiempos, la forma para combatir incendios no era más que un barril lleno de agua sobre ruedas con mangueras difíciles de manipular, por lo que junto al fuerte viento que soplaba ese día hizo que el fuego continuara imparable hacia el oeste de la ciudad. Fue entonces que se decidió demoler algunos edificios a modo de cortafuegos, pero ya era tarde. La estrechez de las calles dificultó la labor de los bomberos y la ciudad ardió hasta el miércoles 5 de septiembre. 

BUSCANDO CULPABLES: Durante años se culpó a los católicos ingleses. Un relojero francés llamado Robert «Lucky» Hubert confesó ser un enviado del Papa de Roma con la misión de incendiar Westminster. Su testimonio fue sacado a la fuerza, bajo tortura, y estaba lleno de contradicciones, pero no evitó que fuera ahorcado a finales de ese mismo mes de septiembre en Tyburn. 
También hubo desórdenes al correr el rumor de que agentes holandeses franceses, en ese momento enemistados con Inglaterra, habían provocado la catástrofe. Las autoridades se vieron desbordadas tratando de controlar el fuego, y a la vez frenar saqueos y otros actos violentos.
La actuación del alcalde, Sir Thomas Bloodworth, también dejó mucho que desear. Cuando el panadero le pidió ayuda al alcalde mayor, éste fue al lugar, pero no le dio más importancia al pensar que podía ser fácilmente controlado, según se cuenta exclamó con indiferencia: «¡Psh! Una mujer podría orinar encima».

EL INCENDIO CONTINÚA:Al darse cuenta de la magnitud de la catástrofe, el rey Carlos II ordenó a las tropas de la Marina actuar. Usaron un método que ya se había aplicado en otros incendios: empezaron a demoler otras construcciones con pólvora para evitar que el fuego siguiera expandiéndose. Para el 3 de setiembre la población perdió todas las esperanzas de que éste terminara, pues casi toda la ciudad yacía en llamas.
La humareda y los focos del incendio siguieron ardiendo durante varias semanas y la ciudad medieval desapareció para no volver.

LA RECONSTRUCCIÓN: Cuando se logró frenar y extinguir el fuego, los gobernantes reflexionaron y decidieron poner en marcha una serie de reformas para prevención y protección contra incendios.
Se redactó el Acta de Reconstrucción en 1667, para evitar que una situación parecida pudiese volver a pasar en Londres. Primero se paralizaron todas las obras iniciadas hasta el momento del incendio y se abordó la cuestión de cómo debían ser las nuevas construcciones. 
Se presentaron cinco planes para reconstruir Londres, destacándose el del afamado arquitecto Christopher Wren, quien se encargó de la reconstrucción manteniendo la distribución original de las calles puesto que los propietarios que habían perdido sus casas así lo pidieron. Wren supervisó personalmente la reconstrucción de muchas iglesias y oficinas, y de la columna de más de 60 metros de altura «The Monument» que se levantó en el mismo lugar donde se inició el incendio, y que hoy, junto con el «Golden Boy of Pye Corner», en Smithfield, son los dos tributos arquitectónicos en memoria de aquellos fatídicos días.
"The Monument"

El plan prohibió que los pisos superiores de los edificios sobresaliesen de los pisos inferiores. Además ninguna construcción de ningún edificio se podría hacer con un material que no fuese piedra o ladrillo. Las casas techadas con paja o bezo están prohibidas hasta hoy.
Por otro lado, las tuberías de la ciudad eran de madera, por lo que gran parte también desapareció. Se re formuló todo el sistema de abastecimiento de la ciudad y se buscaron fórmulas para facilitar el acceso al mismo. También comenzó la instalación de lo que sería el inicio  y la aparición de los hidrantes en las calles de la ciudad.
Después del Gran incendio de Londres de 1666, nacieron las primeras compañías de seguros. Dentro de ellas, Fire Office, fundada por Nicholas Barbon, médico, economista y especulador financiero, que montó la primera compañía de seguros de incendios y el primer banco hipotecario británico. Sin ningún escrúpulo y saltándose en ocasiones las leyes, derribó edificios sin permiso y reconstruyó especulativamente la zona, buscó ganancias rápidas y se convirtió en uno de los mayores constructores de la ciudad, de hecho, fue quien conectó la City y Westminster por primera vez a través de los distritos que trabajó, siempre pensando en su propio beneficio, claro.



Fuentes:
https://franciscojaviertostado.com/2020/07/27/el-gran-incendio-de-londres/
https://www.abc.es/historia/abci-gran-incendio-londres-1666-o-como-fuego-acabo-epidemia-peste-interminable-201706270117_noticia.html
https://www.chacarrex.com/el-gran-incendio-que-detruyo-londres-y-cambio-su-historia-para-siempre/
https://es.wikipedia.org/wiki/Gran_incendio_de_Londres#Muertes_y_destrucci%C3%B3n
https://www.muyinteresante.com.mx/historia/el-gran-incendio-de-londres-los-cuatro-dias-de-fuego-que-dejaron-en-ruinas-a-la-capital-britanica-en-1666/
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