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Las brujas de Salem

 LAS BRUJAS DE SALEM

Los juicios a las brujas sucedieron en Salem, Massachusetts, entre 1692 y 1693 en los que más de 200 personas fueron acusadas de brujería en Salem Village, Salem Town, Andover, Ipswich y Topsfield; 30 fueron declaradas culpables y 20 ejecutadas, la mayoría en la horca.
Hacia el año 1620, los primeros pobladores europeos, conocidos como los Padres Peregrinos, vinieron de de Inglaterra y los Países Bajos y fundaron las primeras colonias como Connecticut, Boston y Springfield, tierras en las que vivían los indígenas como mohicanos, pocomtuc o massachussets. Allí se produjeron una veintena de casos de brujería, creencia que se arrastraba desde Europa, quienes persiguieron brujas durante siglos, siendo uno de los juicios de brujas más famosos de la historia inglesa fue el de las brujas de Pendle en 1612, en Lancashire, en la que condenaron a la horca de diez personas por brujería. 

La creencia colonial en la brujería: Los documentos legales y los testimonios de la época establecen que varios ciudadanos no creían en la brujería, pero la mayoría, sí lo hacían. Esta creencia era alentada por la Biblia a través de historias como la Bruja de Endor (I Samuel 28:3-25) y en el libro del Éxodo 22:18, "No dejarás con vida a ninguna hechicera".La Biblia se entendía como la palabra inequívoca de Dios y dejaba claro que las brujas existían y cuestionar su existencia era cuestionar la autoridad divina de la Biblia.
La brujería servía para explicar lo aparentemente inexplicable. Si una desgracia le sucedía a alguien bueno, podía atribuirse a la misteriosa voluntad de Dios, o también podía explicarse por la brujería y los trabajos del diablo. 
Además se creía que nadie acusaría a otro de algo tan grave sin una razón. Los acusadores parecen haber creído siempre que su palabra y las pruebas anecdóticas eran todo lo que un tribunal necesitaba para condenar, y aunque esto puede haber sido cierto en la opinión popular, los tribunales trataban de sopesar las pruebas objetivas antes de dictar una sentencia, aunque se cumpliera mayoritariamente el "culpable hasta que se pruebe su inocencia". 

Contexto económico social y religioso: La ciudad de Salem estaba ubicada en una región costera  bordeada por el Océano Atlántico, tenía un puerto próspero, siendo uno de los centros más importantes para el comercio entre Europa y el Nuevo Mundo. El comercio, la construcción naval y la pesca eran actividades que traían enorme riqueza al lugar en esta parte de Salem, por lo era poblada por familias adineradas y comerciantes inteligentes, como los Porters, cuyo patriarca era John Porter, un rico comerciante inglés.
El pueblo de Salem, por otro lado, era una comunidad rural pobre con granjas y casas dispersas. Aunque su población consistía principalmente en agricultores empobrecidos, un puñado de familias pudientes también residían aquí, como los Putnam. Los hombres trabajaban en el campo, mientras que las mujeres se ocupaban de los niños y el hogar. 

Mientras que la ciudad experimentaba un gran crecimiento económico, la economía en el pueblo se mantuvo relativamente estancada. Esto enfureció a los agricultores, no solo envidiaban la opulencia, sino que también resentían que la ciudad tenía un control económico completo sobre su pueblo. Salvo el cultivo de las cosechas, los comerciantes se ocupaban desde fijar los precios de sus cultivos hasta determinar la cantidad de impuestos que debían pagar.
El pueblo sabía que tenía que cortar los lazos con la ciudad, por lo que solicitó la construcción de su propia iglesia puritana, que tras muchas negociaciones, se les concedió en 1672, con la condición de que la iglesia de la ciudad aún gobernara sobre la nueva congregación. Muchos de la ciudad temían que la aldea tuviera demasiada libertad como para perder el poder sobre Salem. 
Pero los conflictos continuaron aumentando. Cuando tuvieron que elegir su propio ministro, no se ponían de acuerdo quiénes tenían la autoridad para nombrar o destituir a un líder de la congregación.
El salario del ministro se pagaba con los impuestos de los aldeanos, por lo que podían obligar a un ministro a renunciar simplemente no pagando los impuestos, algo que era muy común. 
Las tensiones eran tan altas dentro de la iglesia que los primeros tres ministros renunciaron. 
El cuarto ministro fue Samuel Parris, un comerciante fracasado que había asistido a la Universidad de Harvard, pero nunca completó sus estudios. Se había trasladado de Boston a Salem con sus hijos, Thomas, Elizabeth y Susannah, además de su sobrina Abigail Willians, cuyos padres fueron asesinados por los indígenas. Junto a ellos vivía una esclava llamada Tituba, junto con su marido, John Indian, que se encargaba de cuidado de los niños. 
Parris vivía obsesionado por ganarse el amor de Dios y el respeto de los habitantes de Salem. Pero su escasa habilidad en el trato a su familia, a la que imponía una férrea disciplina, y su carácter desconfiado y arrogante, le hacían sentirse señalado y acosado por sus vecinos.
El académico Brian P. Levack comenta: "Parris resultó ser una elección desafortunada: un comerciante fracasado y amargado, resentido con los que triunfaban en el mundo del comercio, avivó las hostilidades locales. Parris pronunció una serie de sermones incendiarios que tradujeron la división entre facciones en una lucha cósmica entre las fuerzas del bien y del mal. En la mente de sus partidarios, Salem Town se convirtió en el símbolo de un mundo ajeno, corrupto e incluso diabólico que amenazaba el bienestar de Salem Village. Dado que los partidarios de Samuel Parris percibían a sus enemigos como nada menos que malvados, no fue más que un breve paso para que se convencieran de que aquellos alineados con el pueblo y sus intereses eran siervos de Satanás." 
Las tensiones aumentaron aún más con la llegada a la zona de inmigrantes miembros de sectas cristianas minoritarias, como los cuáqueros, considerados una amenaza para la visión puritana de la comunidad de Salem. 

El comienzo: En medio de estas tensiones, en febrero de 1692, la hija de Samuel Parris, Betty, y su sobrina Abigail Williams, comenzaron a mostrar un comportamiento extraño (arrastrarse por el suelo, esconderse debajo de los muebles, contorsionarse, gritar y lanzar objetos) que, luego de ser examinadas por un médico, fue achacado de brujería. Poco después, Ann Putnam la Joven y Elizabeth Hubbard, luego Mary Walcott, Mercy Lewis y Mary Warren (todas amigas de Betty Parris y Abigail Williams) comenzaron a mostrar los mismos signos. Cuando Samuel Parris preguntó a su hija y a su sobrina quién había lanzado el hechizo que las atormentaba, nombraron a tres mujeres (Sarah Good, Sarah Osborne y Tituba, la esclava doméstica de Parris) y el pueblo de Salem se sumió en un frenesí de caza de brujas. 
Publiscado en 'A Pictorial History of the United States', 1845.

Los juicios de las brujas de Salem: Los magistrados a cargo del juicio fueron Jonathan Corwin y John Hathorne.
Sarah Good era una mujer sin hogar que a menudo mendigaba y había sido acogida por Samuel Parris durante un breve tiempo hasta que este la echó por "conducta maliciosa" e ingratitud. Sarah Osborne era
una anciana rica terrateniente que no había asistido a la iglesia en más de tres años, alegando una enfermedad recurrente, lo que la convertía en una paria tanto como Good. Tituba era posiblemente una arawak de origen caribeño que fue secuestrada, esclavizada y vendida a Samuel Parris en Barbados, donde su familia tenía una plantación. Era la esclava doméstica de la familia y cuidaba de los niños, a los que solía entretener con historias de fantasmas y cuentos de demonios y practicaba viejos rituales de vudú.
Tituba confesó (revelando más tarde que Samuel Parris le había sacado la confesión a golpes) y apoyó la acusación de las niñas contra Good y Osborne. Good, ya era despreciada por la familia Parris y Osborne, debido a sus negocios con tierras, había afectado negativamente a las finanzas del padre de Ann Putnam la Joven. Tituba popularizó el concepto de brujas que montaban en escobas y conversaban con "familiares" (espíritus con forma animal), además de asociarse con figuras demoníacas y lanzar hechizos ma.
Osborne fue ahorcada como bruja en mayo y Good en julio de 1692, manteniendo su inocencia hasta el final; Tituba, como había confesado, fue encarcelada porque Parris se negó a pagar los honorarios que la habrían liberado. Finalmente fue vendida por el precio de los honorarios de la cárcel y desapareció de la historia.
Sin embargo, después hubo más acusaciones, como a Martha Corey y Rebecca Nurse, miembros de buena reputación en la iglesia. Corey había cuestionado la validez de las acusaciones de las niñas, insinuando que mentían por motivos personales, por lo que se la acusó de bruja, por negar la existencia de brujas. Nurse fue acusada por los Putnam, que afirmaban que su "espectro" los acosaba. El uso de "pruebas espectrales" se admitía en los tribunales, ya que el concepto había sido abordado por el respetado teólogo puritano Cotton Mather (1663-1728), cuyas obras eran especialmente populares entre los ciudadanos de Massachusetts.
Las pruebas espectrales consistían simplemente en aceptar la palabra de un acusador por encima de la del acusado, como en el caso de Martha Corey, en el que las niñas gritaron ante el tribunal que su espectro las atormentaba y que un pájaro amarillo, invisible para todos menos para ellas, se alimentaba de su mano. Nurse y Corey, ambas de unos 70 años, fueron ahorcadas. 
Sus condenas provocaron aún más histeria, ya que, si dos ancianas religiosas de buena reputación podían ser brujas, cualquiera podía serlo. El marido de Corey, Giles, fue acusado cuando la defendió. Se negó a ser juzgado y fue ejecutado a presión (morir aplastado por las pesas) para que confesara. Como nunca confesó ni fue condenado, se cumplió su última voluntad y sus tierras pasaron a sus herederos, como era su intención, en lugar de ser arrebatadas por la familia Putnam que la había acusado.

Aunque las pruebas espectrales se admitían en los tribunales principalmente por la apoyo del reverendo Cotton Mather, incluso él empezó a reconocer que se estaba yendo demasiado lejos y escribió a uno de los jueces en mayo de 1692 para que no dieran más credibilidad a las pruebas espectrales de la razonable. 
De acuerdo con el libro bíblico de I Juan 4:1, todos los espíritus necesitaban ser probados para ver si eran de Dios o del diablo y era posible que espíritus malignos estuvieran influenciando a los acusadores para condenar a cristianos inocentes. 
Muchos de los acusados confesaron ser brujos con la esperanza de obtener clemencia de acuerdo con Santiago 5:16, "Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados", pero los que no fueron ahorcados o no murieron en la cárcel se retractaron más tarde, explicando que solo habían confesado con este propósito y que nunca habían sido realmente brujos. 
Levack señala: "Una vez que se empezaron a atacar los testimonios espectrales y los confesores empezaron a retractarse, el tribunal se encontró en una posición extremadamente incómoda... A medida que el afán del tribunal por condenar chocaba con un creciente coro de oposición a sus procedimientos, el gobernador sintió que no tenía más remedio que suspender los juicios y reevaluar la situación." 

En mayo de 1693 se suspendieron los juicios y se concedieron indultos a los que seguían en la cárcel. Aunque está bien documentado que 19 personas fueron ahorcadas y Giles Corey murió aplastado, otros murieron en la cárcel a la espera de juicio, y más de 200 vieron su reputación dañada, si no irreparablemente arruinada. Los acusadores nunca tuvieron que rendir cuentas porque nadie dudaba de la realidad de las brujas y su poder para hacer daño, ni de Satanás y su capacidad para engañar con el fin de destruir. Cuando se calmó la histeria, los acusadores siguieron con sus vidas como antes.

Fin de los juicios:  Los indultados siguieron viviendo con el estigma del suceso o debieron mudarse. Tres años más tarde, en 1696, el Tribunal General decretó un día de ayuno y arrepentimiento por los juicios, el 14 de enero de 1697. Los jueces que habían participado en los juicios se arrepintieron públicamente y pidieron perdón a la comunidad. A partir de 1700, los familiares presentaron peticiones al gobierno colonial de Massachusetts para que se anularan las condenas, en 1703 el tribunal de Massachusetts rechazó casi todas las pruebas presentadas durante los juicios. En 1706, Ann Putnam, una de las niñas supuestamente embrujadas, pidió perdón a su iglesia y a las familias de los ajusticiados en la horca: "Lo hice engañada por Satanás". Por su parte, Betty Parris se fue de Salem con su padre, y el rastro de Abigail Williams se pierde a mediados de 1692.
En 1711, 22 personas fueron exoneradas y se autorizó una compensación económica. Esta pauta continuó durante los diez años siguientes, pero ni siquiera entonces se exoneró a todos los condenados. De hecho, los nombres de todos los condenados no se aclararon hasta 2001.

Mitos: -Uno de los más persistentes es que en Salem se quemaron "brujas", pero ninguna "bruja" fue quemada en Salem; todas fueron ahorcadas. Hasta hace poco, se pensaba que los habían ahorcado en  Gallows Hill, pero el Proyecto Gallows Hill de 2017 desacreditó este mito, estableciendo que los ahorcamientos  fueron en la parte inferior de la colina en la zona conocida como Proctor's Ledge.
-Otro, afirmaba que la mayoría de las personas acusadas eran mujeres pobres y marginadas, pero personas de todas las clases sociales fueron acusadas y condenadas, mujeres y hombres —y, de hecho, dos perros— por cualquier motivo. George Burroughs, el segundo ministro que dimitió en Salem Village, fue acusado y condenado porque parecía poseer una fuerza antinatural, otra mujer fue condenada porque era capaz de caminar por las polvorientas calles de Salem Village sin ensuciarse la ropa, y Martha Corey, como ya se ha dicho, fue ejecutada como bruja por negar la existencia de la brujería.

Posibles explicaciones: han sugerido muchas teorías para explicar la histeria de las brujas de Salem y los juicios. Una teoría, popularizada en la década de 1970, es que los colonos fueron envenenados por el hongo del cornezuelo en su cosecha de centeno en 1692, lo que les causó alucinaciones, pero esto no explica la histeria continua a lo largo de 1693 ni el hecho de que hubiera muchos que todavía creían en las brujas y la justicia de los juicios posteriores. 
Las fricciones de clase entre Salem Village y Salem Town también se han citado como una posible causa, pero, aunque estas se sumaron a las tensiones de la época, en realidad no causaron la histeria. De las primeras personas acusadas, solo Osborne tenía conexiones con Salem Town, las otras dos eran de Salem Village.
La causa más probable de la histeria de las brujas de 1692-1693 en Salem fue la creencia religiosa unida a las tensiones sociales. Nadie sabrá nunca qué llevó a las muchachas a hacer las acusaciones que desataron el pánico, pero una vez hechas, confirmaron lo que ya creían los colonos. 


Fuentes:



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