LUIS XIV MODELO CLÁSICO DEL ABSOLUTISMO MONÁRQUICO
Retrato de Luis XIV realizado por Hyacinthe Rigaud |
EL REY SOL
Luis XIV de Francia (francés: Louis XIV), llamado «el Rey Sol» (le Roi Soleil) o Luis el Grande (Saint-Germain en Laye, Francia, nació el 5 de septiembre de 1638 enVersalles, Francia, y murió el 1 de septiembre de 1715) fue rey de Francia y de Navarra desde el 14 de mayo de 1643 hasta su muerte, con 76 años de edad y 72 de reinado. Es el ejemplo típico del Absolutismo.
Cuando comienza su gobierno, no quiso dejar la función de gobernar en manos de otra persona, y ejerció el poder directamente, convocando personalmente a los ministros, interviniendo en todos los asuntos que consideraba importantes y controlando, a través de los intendentes, todo el territorio francés.
Se le atribuye la frase "El Estado soy yo" (traducción de la expresión francesa L'État, c'est moi) pronunciada el 13 de abril de 1655 por el joven rey (con 16 años) ante el Parlamento de París.
Se le atribuye la frase "El Estado soy yo" (traducción de la expresión francesa L'État, c'est moi) pronunciada el 13 de abril de 1655 por el joven rey (con 16 años) ante el Parlamento de París.
Luis XIV estaba plenamente convencido del origen divino de su poder. Desde la infancia se le repetía que el era como un dios, una “divinidad visible”, un hombre diferente a los demás, que era Rey “por gracia de Dios” y sólo ante este debía rendir cuentas. Ningún hombre podía juzgarlo.
Luis XIV tomó como emblema de su reinado un sol resplandeciente y de ahí el apodo de "el Rey Sol”. Todo lo que sucedía en Francia debía girar en torno al rey.
Era un hombre apto para el papel que desempeñaba, era fuerte, equilibrado, trabajador incansable, reflexivo, dueño de si mismo y consciente de su responsabilidad de gobernante, lo que el llamaba “el oficio de ser rey”.
Durante su reinado se hizo más evidente el culto a la majestad real y cada uno de los actos cotidianos de su vida, como levantarse, asearse, comer, etc, se convirtió en una ceremonia.
La nobleza, estaba sometida al rey, y no desempeñaba funciones políticas. Se la empleaba en el ejército o en la diplomacia, pero sobre todo cumplía una función “decorativa” dentro de la Corte.
La Corte, que desde 1682 se instaló en el elegante Palacio de Versalles, (ciudad pequeña a 30 km de París) se caracterizaba por un minucioso ceremonial que se regía por una estricta etiqueta. Se realizaba un culto a la figura del rey y los nobles seguían sus pasos, actividades, entretenimientos desde la mañana hasta la noche. Los nobles, antes rebeldes y belicosos, se disputaban el privilegio de estar cerca del rey y servirle en las tareas más simples como despertarle o ponerle las pantuflas al descender de la cama. Todas las actividades cotidianas de la familia real se transformaron en una ceremonia.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Todo el poder de decisión estaba en manos del rey, pero existían consejos con fines de asesoramiento, como el Consejo de Estado y el Consejo de Justicia. Había ministros y secretarios como el Canciller, el Controlador General de Finanzas, el Secretario de Guerra, el Secretario de Asuntos Exteriores, etc.
Se aumentó el poder de los intendentes para controlar a los gobernadores de las provincias que tenían un papel decorativo. Los Parlamentos fueron sometidos.
En materia judicial el rey podía administrar justicia a su antojo a través de las “lettres de cachet” (cartas selladas) en las que se notificaba una resolución a cualquier súbdito, pudiendo decretar la prisión, la proscripción, sin ningún trámite judicial.
También quitó poder y autonomía a las universidades, que pasaron a ser controladas por la monarquía.
El arte fue utilizado para propaganda del reinado.
Como el rey no aceptaba que ninguna autoridad rivalizara con su poder dentro de Francia, sometió al clero católico francés y obligó a que declararan que el rey era independiente de todo poder de la Iglesia, incluyendo al Papa. Además realizó una campaña de persecución contra los protestantes, excluyéndolos de las funciones públicas y de las profesiones liberales y se les prohibió practicar su culto, provocando la huida de unos 200.000 protestantes, por lo que la economía se vio perjudicada, ya que en gran parte eran banqueros, comerciantes, manufactureros o artesanos especializados.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
La economía de Francia, bajo el reinado de Luis XIV, fue dirigida por Juan Bautista Colbert durante 22 años, quien se rigió por los principios del mercantilismo, procurando intensificar la producción y las exportaciones para lograr una balanza comercial favorable, propulsando la intervención del estado en la vida económica.
La economía de Francia, bajo el reinado de Luis XIV, fue dirigida por Juan Bautista Colbert durante 22 años, quien se rigió por los principios del mercantilismo, procurando intensificar la producción y las exportaciones para lograr una balanza comercial favorable, propulsando la intervención del estado en la vida económica.
Colbert estimuló el desarrollo de las manufacturas, algunas privadas y otras a cargo del estado, dedicadas especialmente a productos de lujo como sedas, tapices, perfumes, porcelanas, espejos, lozas. Los fabricantes estaban sometidos a severas reglas y a inspecciones para asegurar la calidad de los productos.
Mediante altos impuestos aduaneros se protegía la producción francesa de la competencia extranjera y así favorecer su desarrollo.
El comercio interior aumentó gracias al mejoramiento de las vías de comunicación, pero fue el comercio exterior el que mereció la máxima atención, fundándose grandes compañías de comercio a las que se les otorgó privilegios o monopolios para el comercio con las colonias. Se apoyó la construcción de barcos, creciendo así la marina mercante. Se fomentó la colonización, especialmente en América del Norte, con la conquista de Luisiana, nombre en honor al rey Luis XIV.
También se mejoró la recaudación de impuestos, más simple y racional, procurando una contabilidad correcta, con claridad en los ingresos y gastos. Pero, a pesar de los esfuerzos de Colbert, los gastos de la Corte y las constantes guerras, desequilibraban las finanzas y se debía recurrir a impuestos extraordinarios.
Luego de la muerte de Colbert, en 1685, comenzó la decadencia de la economía francesa. Un descenso del precio de lo productos exportados, los despilfarros de la Corte y los gastos de guerra, y la huida de los protestantes, provocaron devaluaciones, endeudamiento externo y aumento de impuestos.
Luis XIV llevó a cabo una política exterior agresiva que mantuvo a Francia en continuas guerras durante la mayor parte de su reinado. Pretendió que Francia alcanzara sus “fronteras naturales”, o sea todos aquellos territorios que antes habían pertenecido a las Galias; esto significaba la anexar a los Países Bajos, el Franco Condado, Lorena y Saboya.
Para lograrlo, el Rey Sol contaba con una buena diplomacia que utilizaba la astucia y el soborno para conseguir el favor de funcionarios de otros estados. Cuando la diplomacia no alcanzaba se recurrió a la guerra.
Durante el reinado de Luis XIV, Francia participó en cuatro grandes guerras: La guerra de devolución (1667-1668). La guerra de Holanda (1672-1678). La guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697).
La política exterior de Luis XIV colocó, durante algún tiempo, a Francia en el primer plano de Europa y a si mismo como árbitro de los conflictos internacionales. Sin embargo, a largo plazo, los su reinado dejó a Francia en una situación difícil que sus sucesores (Luis XV y Luis XVI) no supieron cambiar. En lo externo, a la muerte de Luis XIV, era evidente que una nueva potencia se imponía: la Inglaterra que comenzaba a reinar en los mares.
CURIOSIDADES
-Luis XIV de Francia se bañaba únicamente cuando se lo prescribía el médico. Teofrasto Renaudot decía: “el baño, a no ser que sea por razones médicas o de una absoluta necesidad, no sólo es superfluo sino perjudicial”.
El Rey Sol cada mañana se limpiaba la cara con un trozo de algodón impregnado de alcohol o bien con saliva. Bajo las aparatosas pelucas de los cortesanos habían piojos, es de esa época cuando se inventaron las manos de marfil que rematan en un mango más o menos largo. Servían para rascarse la cabeza debajo de la peluca.
-Luis XIV, lució tacones para disimular su corta estatura…No sólo siguió las tendencias de la moda, sino que dada su enorme influencia, impuso algunas de sus costumbres en el vestir: enormes pelucas de pelo natural, mangas adornadas de ricos encajes venecianos y sus famosos zapatos de tacón alto. Zapatos exquisitos y únicos elaborados siempre por su zapatero personal, el francés Nicholas Lestage. Un artesano al que dio precisas instrucciones: refinados, aunque adornados con vistosos lazos, brocados y piedras preciosas; suelas de color rojo; tacones con una pequeña curvatura; bordados en plata con escenas de batallas… Todo un derroche de imaginación y sofisticación. Hasta tal punto el Rey era fanático de sus nuevos zapatos que prohibió llevar el exclusivo modelo al resto de la corte y aquel que le desobedeciera sería castigado con la pena de muerte.
Fuentes: Libro Pensar la Historia de 2° Año
Libro CBU, 2° Año
AA.VV
Imágenes de Google
Comentarios
Publicar un comentario