CURIOSIDADES DE LA HISTORIA
EL MIEDO AL AGUA EN EL SIGLO DE ORO ESPAÑOL
En aquellos tiempos los propios médicos desaconsejaban los baños pues pensaban que el agua ablandaba el cuerpo al abrir los poros facilitando la entrada de las enfermedades. Incluso se pensaban que los ríos eran especialmente peligrosos para las mujeres pues si algún hombre o alguna de sus ropas estaban manchadas de semen y se sumergían en el arroyo, la probabilidad de que una mujer quedara embarazada por contacto de los poros de la piel.
En el siglo XVI se pensaba que los bebés era totalmente porosos y a los recién nacidos se les bañaba para limpiar la sangre tras el parto y después se les aplicaba en la piel sustancias que taparan sus poros: aceites, sal, ceras hasta cenizas de cuerno de becerro. El propio rey de Francia, Luis XIII, tras el parto no se volvió a lavar hasta los siete años. Además si alguien llegaba a lavar a un niño, nunca debía hacerlo con agua fría, ya que se pensaba que de esa forma el niño no crecería más.
LA FORMA DE ASEO
Estas personas pasaban años, pero se limpiaban en seco, frotándose la piel con telas y después se rociaban con algún perfume para disimular el olor, tales como el ámbar, la algalia y el almizcle. Y quizás alguno se pregunte ahora cómo hacían para ponerse el perfume si no se había inventado el pulverizador.
La cara nunca se lavaba, simplemente se sacaban la mugre con un trapo, ya que hasta el siglo XVIII se pensaba que el agua les podía perjudicar la vista, provocar dolores dentales e incluso resfriados.
En las manos y la boca utilizaban agua rebajada con vinagre o vino, pero el resto del cuerpo que no era visible, nunca entraba en contacto con el agua pues pensaban que la ropa interior absorbía las impurezas. Era mejor mudarse con frecuencia que lavarse.
Hay que tener en cuenta que esto era su propia concepción de limpieza, que implicaba mostrarse limpio aunque no se lavaran, es por eso que debían mantener su ropa limpia y cambiarla frecuentemente. Llevar una camisa siempre blanca y un traje limpio era considerado como signo de aseo, aunque nunca se tomara un baño. También se pusieron de moda los guantes perfumados que se regalaban para “quedar bien”.
Fuente: https://franciscojaviertostado.com/2014/09/15/el-siglo-de-oro-una-epoca-un-poco-sucia/
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